
Cuba se une en solidaridad tras el paso del huracán Óscar
"No están solos ni abandonados. Cuba está en función de ustedes." Así se expresó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante su recorrido por el municipio de San Antonio del Sur, uno de los cuatro territorios afectados en la provincia de Guantánamo tras el paso del huracán Óscar.
El domingo 20 de octubre, la región más oriental del país sufrió el embate de este fenómeno meteorológico, que impactó los municipios de San Antonio del Sur, Baracoa, Imías y Maisí, ocasionando fuertes lluvias y grandes inundaciones provocadas por la crecida de los ríos.
El ciclón tocó tierra con categoría 1 en la escala Saffir-Simpson y, tras azotar la región durante 26 horas, se debilitó hasta convertirse en tormenta tropical. De manera preliminar, se reportaron afectaciones en más de mil viviendas en esta zona de Guantánamo, así como daños en la agricultura, las comunicaciones y las vías de acceso.
Entre los daños se incluyen puentes fracturados, vías obstruidas por árboles caídos, ríos desbordados que han causado inundaciones sin precedentes, destrozos en infraestructuras estatales de servicios y centros escolares, así como averías en las redes eléctricas.
"Los daños son tan severos que sobrecogen. Solo los supera el espíritu de este pueblo, de una resiliencia admirable", escribió Díaz-Canel en la red social X.
La respuesta de la comunidad ha sido ejemplar. Voluntarios de diversas organizaciones se han unido para ayudar a las familias afectadas, distribuyendo alimentos, medicinas y ropa. La solidaridad entre los cubanos se ha hecho evidente, con grupos de jóvenes y adultos trabajando codo a codo para limpiar escombros y reconstruir lo que fue destruido. Esta unión refleja el espíritu resiliente de la nación.
El gobierno cubano, a través de sus medios oficiales, ha destacado la importancia de la cooperación internacional en estos momentos críticos. Se han recibido mensajes de ayuda y solidaridad de varios países y organizaciones, las cuales serán fundamentales para acelerar el proceso de recuperación.
Sin embargo, el camino hacia la recuperación será largo. Las autoridades han estimado que muchas de las infraestructuras dañadas, como escuelas y hospitales, requerirán reparaciones extensivas. La inversión necesaria para restaurar estos servicios es considerable, y el gobierno está trabajando arduamente para movilizar los recursos requeridos, a pesar de las limitaciones económicas que enfrenta el país.
Además de los daños materiales, el impacto emocional en la población es profundo. Muchos cubanos han perdido no solo sus hogares, sino también sus pertenencias.
El presidente Miguel Díaz-Canel, en su recorrido por las zonas afectadas para conocer el avance de la recuperación, estuvo acompañado del primer ministro, Manuel Marrero, y los titulares de varias carteras gubernamentales.
El trabajo que se llevará a cabo en las próximas horas será arduo, ya que se requiere organizar y distribuir todo el apoyo que llegará a la zona oriental de Cuba, tanto desde el país como de entidades solidarias en el mundo. Se espera la llegada de alimentos, suministros diversos, plantas eléctricas, medicamentos y materiales para reparar techos. Además, combatientes y trabajadores de otras partes de la isla se unirán a los que ya están en la región para reconstruir caminos, restablecer la electricidad y gestionar la gran cantidad de ayuda que se recibirá.
La provincia de Guantánamo se ha convertido en una prioridad absoluta en las decisiones y análisis que realiza el gobierno, en constante comunicación con las autoridades locales, tras el impacto del evento meteorológico Oscar. En este contexto, la transparencia se erige como la palabra clave: es esencial que todos los recursos que lleguen desde otras partes del país y del extranjero se distribuyan de manera rápida y efectiva a quienes más lo necesitan.
Este enfoque fue destacado en la reunión del Consejo de Defensa Nacional, presidida por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, que tuvo lugar el jueves en el Palacio de la Revolución.
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