Unidos por la Revolución: 59 años del Comité Central del Partido Comunista de Cuba
El 3 de octubre de 1965, el teatro Charles Chaplin (hoy Karl Marx) fue testigo de un momento histórico: la presentación del primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Fue el punto culminante de un proceso de unificación que comenzó en 1961 con la formación de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), unificando al Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista Popular y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo.
Después de unos meses de vida se hizo un análisis de los logros de la integración y de los errores de sectarismo por parte de miembros de la dirección de las ORI. El 26 de marzo de 1962, se inició una nueva etapa en la construcción de un partido, que a partir de esa fecha se denominó Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba.
Indiscutiblemente, todo este proceso fue forjando las bases, los principios y métodos que se aplicarían hasta constituir el primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba, nombre actual que fue adoptado en aquella memorable jornada.
Ese acontecimiento marcó un momento relevante en la historia de Cuba, caracterizado por la unidad, la defensa de la justicia y la construcción de un futuro socialista. También ofreció una base sólida a la concepción de Fidel sobre la unidad ideológica y organizativa y del papel de la vanguardia política en la sociedad socialista. De igual forma consolidó la estructura orgánica del Partido, al disponer de órganos, organismos y organizaciones de base en toda la nación y en las instituciones armadas.
El eterno Comandante en Jefe Fidel Castro, en su discurso, leyó la conmovedora carta de despedida del Che Guevara, quien decidía continuar su lucha por la liberación en otras tierras, al mismo tiempo que dio a conocer la creación del periódico “Granma”, el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, heredero de "Hoy" y "Revolución" y que se posiciona como espacio de obligada consulta tanto para los cubanos como para aquellos interesados en la realidad de Cuba.
Han pasado los años y la organización política defiende sus preceptos fundacionales, fruto de las tradiciones de luchas revolucionarias iniciadas contra el colonialismo español y el neocolonialismo imperialista de los Estados Unidos. Asimismo, sigue siendo fiel continuador del Partido Revolucionario Cubano (PRC) que fundó José Martí para la lucha por la independencia nacional y del primer Partido Comunista simbolizado en las vidas de Julio Antonio Mella y Carlos Baliño.
Con la misión de tener el “oído pegado a la tierra” y estar más cerca de su pueblo, también se involucra a diario en la cotidianidad de la Cuba actual y se transforma para atender y solucionar los problemas y realidades que preocupan y ocupan a los cubanos.
Como expresara el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la clausura del Octavo Congreso “el trabajo del Partido en las circunstancias actuales ha sido y seguirá siendo fundamental. No es posible imaginar este momento sin la labor de la vanguardia política, pero nuestra organización está urgida de cambios en su estilo de trabajo, más acordes con esta época y sus desafíos.
Al mismo tiempo aseguró que la organización partidista continuará la defensa de nuestras esencias: la independencia, la soberanía, la democracia socialista, la paz, la eficiencia económica, la seguridad y las conquistas de justicia social: ¡el Socialismo! "A ellas sumamos la lucha por una prosperidad que abarque desde la alimentación hasta la recreación, que incluya el desarrollo científico, una riqueza espiritual superior, el bienestar, y que empodere el diseño de lo funcional y lo bello”, afirmó el mandatario cubano.
En los tiempos actuales también es necesario que la organización atienda cuestiones relacionadas con la vida interna de la organización, la preparación y buen desempeño de los cuadros, el papel real y efectivo de la militancia y de las organizaciones en la base, así como el crecimiento a sus filas de conjunto con la Unión de Jóvenes Comunistas, como cantera para seleccionar a jóvenes con suficientes valores.
Solo trabajando en la unión de factores podremos garantizar el fortalecimiento del Partido, su continuidad como organización rectora y garante de la unidad de nuestro pueblo que no es más que cumplir con el legado de nuestro espíritu de lucha, la valentía y estirpe de nuestros líderes y la irrevocable convicción de defender el socialismo.
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