Por los senderos de la historia hacia un lugar sagrado de la Patria
Entre los senderos de la historia amaneció un grupo de 65 jóvenes que reeditó la escalada de Fidel, igual número de años atrás, hasta la Comandancia La Plata, en el corazón de la Sierra Maestra.
Al frente de esa columna, vibrante y comprometida con su Patria, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez y el miembro del Buró Político y Secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda.
Desde Alto del Naranjo partieron por los angostos caminos que conducen hasta la inexpugnable Comandancia en la que el líder histórico de la Revolución se estableció en mayo de 1958 para asestar el golpe definitivo a la dictadura batistiana.
Para muchos era la primera vez y comprendieron a cabalidad el precepto martiano de que subir lomas hermana hombres; también todos coincidieron en la importancia de este tipo de iniciativas para comprender la magnitud de la hazaña de aquellos rebeldes que, a base de determinación, coraje y valentía enfrentaron el hambre, el frío, comprendieron la topografía y vencieron a un enemigo numéricamente mayor y con un parque de armamentos de los más modernos de la época.
Fue precisamente en las afueras del museo, que atesora objetos de los combatientes, y ayuda a entender la organización de aquella guerrilla, que Díaz-Canel y Morales Ojeda intercambiaron con los jóvenes dirigidos por la Primera Secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, Meivys Estévez Echeverría.
En un ameno diálogo, la máxima dirección del Partido reflexionó sobre sueños, anhelos y desafíos.
Este es un verdadero encuentro con la historia, aquí estamos respirando esencias, aseguró el Primer Secretario del Comité Central, quien enfatizó que: la historia da las fuerzas y energías para avanzar, y enfrentar la campaña mediática que nos hacen.
Otro aspecto que resaltó el mandatario fue la importancia de sentirse orgulloso de ser cubano.
Los presentes coincidieron en que estos encuentros directos con la historia llenan de pasión.
Díaz-Canel rememoró las palabras de Fidel, cuando encabezó a los más de 300 jóvenes en una acción similar hace seis décadas y media, cuando expresó que venían a estos lugares para seguir con las fuerzas necesarias para enfrentar el segundo año de la Revolución. "Esto es lo que estamos haciendo, nos estamos refortaleciendo, estar aquí nos hace mejores revolucionarios", agregó el Presidente cubano.
En ese mismo punto del bello paraje que caracteriza a la Sierra Maestra, el líder cubano exhortó a los jóvenes a despojarse de cualquier vestigio de burocratismo y a buscar constantemente nuevas formas de hacer.
También refirió que la razón la tiene la Revolución y el pueblo cubano, que no merecemos estar bloqueados, porque aquí nunca se ha hecho nada contra Estados Unidos, simplemente se hizo una Revolución para emancipar a este pueblo. Además, recordó que el bloqueo se impuso de manera unilateral y lo tienen que quitar los yankis, y esa será nuestra lucha hasta que lo levanten.
La ocasión fue propicia para que un grupo de jóvenes recibieran, de manos de Díaz-Canel y Morales, el carnet que los acreditada como militantes comunistas.
A unos 500 metros de allí, adentrándose en la montaña, se encuentra la casa de Fidel. Un lugar de innegable simbolismo de rebeldía y audacia. Entre los objetos que atesora el rústico e ingenioso inmueble está la mesa en la que el Comandante en Jefe firmó la ley de Reforma Agraria, cambiando la deplorable situación del campesinado cubano.
Un dato que realza el valor de la Comandancia es que a ella el enemigo nunca pudo llegar.
Toda esta energía y el ímpetu de los participantes demuestran que 65 años después, se sigue con la misma convicción de Fidel y sus compañeros y compañeras de lucha: rendirnos no es una opción para los revolucionarios.
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