La perenne necesidad de aprender en una Revolución

Los sobrevivientes del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, mientras pagaban su heroísmo en el Presidio Modelo de la entonces Isla de Pinos, formaron la academia Abel Santamaría. Fidel Castro Ruz escribió: «los que aprendieron a manejar las armas aprenden ahora a manejar los libros para los grandes combates del mañana».

Con esa certeza, sumada a la alerta del Comandante en Jefe acerca de las dificultades para ampliar y defender la libertad conquistada tras el triunfo del 1ro. de enero de 1959, surgió el Sistema de Instrucción Revolucionaria, el 2 de diciembre de 1960.

Junto a representantes del Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista Popular y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, Fidel fundó la institución nacional, desplegada en 12 sedes provinciales, orientada a relacionar cada vez más la teoría y la práctica, así como a elevar el nivel cultural de los cuadros, los combatientes y del pueblo en general.

Más tarde, adoptaría la denominación de Sistema de Escuelas del Partido (PCC), y, a partir del Decreto-Ley 72 del Consejo de Estado –publicado en la Gaceta Oficial Ordinaria de la República número 66, el 12 de julio de 2023– alcanzó la connotación de Universidad, según relató su rector, Jorge Hurtado Pérez, quien ha dedicado más de una década a la institución.

La casa de estudios «ha vibrado con cada momento. Desempeñó un papel esencial en los polémicos años 60', estremecidos por la lucha de clases, el debate sobre cómo construir el socialismo y el empeño del imperialismo en destruirlo». Recordó también cómo aportó al Proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, así como a resistir tras el derrumbe del campo socialista.

Posee un rol fundamental en la difusión del marxismo-leninismo, uno de los temas de ataque del enemigo, reconoció. Para impartirlo, ahora cuentan con 16 facultades y 176 escuelas municipales y distritales, sostenidas estas últimas por el esfuerzo de profesores activistas. Analizan la posibilidad de efectuar transformaciones en ellas.

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«Compartimos los objetivos y la proyección estratégica de la Educación Superior, con la peculiaridad de la capacitación política». Imparten un pregrado de Licenciatura en Ciencias Sociales y se examina la apertura de otras carreras. En cuanto a posgrados, presentan cursos, entrenamientos, diplomados, maestrías, especialidades y un doctorado de Dirección Política de la Sociedad que ya ha graduado a 13 profesionales, a la espera de un proceso de acreditación en 2026.

«Hace poco culminaron sus estudios 16 especialistas de posgrado que durante un año desarrollaron un componente teórico aquí y otro práctico en sus localidades. Algunos de ellos ya asumen como primeros secretarios del PCC u otras tareas importantes», agregó.

Las escuelas municipales y distritales realizan ocho cursos nacionales e implementan programas para trabajadores y militantes de sectores específicos, con el propósito de potenciar labores claves en sus respectivos territorios.

Mencionó otra de las misiones, la proyección internacional. «En los últimos meses pasaron más de 200 estudiantes extranjeros por nuestras aulas. Intercambiamos información, profesores. Sus intereses, por lo general, residen en marxismo, dirección, comunicación política».

La institución, ubicada en la localidad habanera de Jaimanitas, acoge eventos científicos y de otros tipos. Especial realce alcanza el Encuentro Internacional de Publicaciones Teóricas de Partidos y Movimientos de Izquierda, cuya tercera edición aconteció a mediados de octubre. En tales citas participan los alumnos, en pos de mayor preparación.

Ese concepto también constituye una palabra de orden en el claustro, conformado por doctores, másteres y especialistas. Junto a las publicaciones en espacios propios como Columna, en revistas cubanas y foráneas y en medios de prensa –aunque insuficiente, admite–, vinculan a los profesores en la actividad práctica de las organizaciones para mantener la sintonía con la producción y los postulados teóricos.

A la Universidad la guían el ejemplo y las ideas de Fidel, y del mártir que lleva en su nombre, Ñico López, «una persona de extrema moral que a veces tenía el dinero del Movimiento 26 de Julio, pero no lo empleaba para sus necesidades personales, ni aun cuando estuviera sin comer».

A la entrada, se exhibe una frase del General de Ejército Raúl Castro Ruz: «El Partido y su escuela, como el Granma, siempre navegarán bien, aunque sea en aguas tormentosas». Hurtado Pérez muestra el convencimiento de que así será.