
A 50 años de Operación “Carlota”, Cuba recuerda una epopeya que defendió a la dignidad humana
LIMONAR, Matanzas.-Dos ramos de rosas rojas fueron colocados, en la mañana de este jueves, por el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al pie de las listas de los combatientes internacionalistas caídos en Angola. “Hijos entrañables de la Patria”, reza el cintillo que reúne los nombres en el Museo al Esclavo Rebelde -otrora espacio del Ingenio Triunvirato-.
En el recinto, junto a pertenencias de quienes echaron su suerte por causas de humanidad, una frase del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz -pronunciada en el emblemático Mausoleo del Cacahual-, estremece: “Estos hombres y mujeres a los que hoy damos honrosa sepultura en la cálida tierra que los vio nacer, murieron por los más sagrados valores de nuestra historia y de nuestra Revolución”.
Momentos antes del paso de Díaz-Canel Bermúdez por el Museo, había tenido lugar, a solo metros, el Acto Político y Ceremonia Militar con motivo del aniversario 50 del inicio de la Misión Militar Internacionalista de Cuba en la República de Angola, conocida en la historia como Operación “Carlota”. Encabezada por el Jefe de Estado, la jornada había contado también con el miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista, Roberto Morales Ojeda; así como con la jefa del Departamento Ideológico del Comité Central, Yuniasky Crespo Baquero.
El homenaje en tierra matancera tuvo como apertura la colocación de tres ofrendas florales dedicada a los héroes y mártires de la Operación “Carlota”, a nombre del Líder de la Revolución y General de Ejército, Raúl Castro Ruz; del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; y del pueblo cubano.
El cinco de noviembre de 1975, en respuesta a un llamamiento directo y urgente del recién independizado gobierno de Angola, Cuba había lanzado la internacionalista Operación “Carlota”, misión protagonizada por los hijos de la Mayor de las Antillas para asegurar la independencia del país hermano y para acelerar la caída del apartheid en Sudáfrica.
El Coronel de la Reserva, Lázaro Oquendo Ordóñez, combatiente internacionalista en la República de Angola, subió este jueves al podio para expresar que “la epopeya en Angola se inscribe entre las páginas más gloriosas de la historia Patria y del internacionalismo”. Y expresó:
“Más de 300 mil combatientes tuvimos el alto honor y el privilegio de brindar ayuda solidaria a ese hermano pueblo, desde los momentos en que estaban en peligro su soberanía, independencia y futuro, después de siglos de explotación colonial”.
De Cabinda hasta Cunene -dijo el combatiente- “estuvimos allí, sin vacilar”. Recordó que jefes militares experimentados y fogueados en el mando, jóvenes oficiales -muchos de ellos recién graduados-, sub-oficiales, sargentos, soldados y reservistas aceptaron el reto; y que “no faltó la participación de las mujeres como dignas herederas de Mariana”.
Lázaro Oquendo Ordóñez afirmó: “Fuimos a Angola por conciencia, por convicción”. Así fue, enunció, porque los protagonistas supieron interpretar “el significado de estar al lado de los angolanos, y de conjunto luchar por alcanzar y defender los sueños de construir una nueva sociedad”.
En otro momento de su evocación resaltó: “De Angola regresamos a la Patria victoriosos, con la frente en alto, orgullosos de cumplir un elemental deber y de saldar una deuda con la humanidad. Regresamos también acompañados por los restos mortales de los caídos en la misión, a quienes les rendimos el más sentido tributo”.
No pasó por alto la situación convulsa que vive el mundo y que “merece la mayor atención”, porque “los sueños imperiales de rendirnos no cesan. Por ello, desde esta tribuna, reafirmamos a la máxima dirección del país que los combatientes internacionalistas en Angola seguimos aquí, en combate, con el mismo espíritu, con la misma convicción, con la misma disposición, listos para cumplir la misión que se nos asigne”.
En una mañana de tributo que contó con la presencia del Héroe de la República de Cuba, General de Cuerpo de Ejército Joaquín Quintas Solá, entre otros altos oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y del Ministerio del Interior, el orador dijo que aquella misión ratificó el valor de la unidad, así como de la confianza en Fidel y en Raúl, quienes habían estado pendientes de cada detalle de la gesta.
A cargo del General de División, Víctor Rojo Ramos, jefe de la Dirección Política de las FAR, estuvieron las palabras centrales del Acto Político donde también se encontraban presentes jóvenes combatientes de hoy. Él recalcó que se reunían para conmemorar un acontecimiento histórico de gran trascendencia, un hecho que marcó un antes y un después; y destacó cómo los cubanos “respondieron con valor y solidaridad al llamado de Angola, un pueblo hermano que luchaba por su independencia y libertad”.
La Operación Cartola -dijo- no solo significó la entrega y el compromiso internacionalista de Cuba sino también el firme propósito de apoyar la justicia y la autodeterminación de los pueblos. Y enfatizó que, “en aquellos años decisivos, miles de combatientes cubanos cruzaron mares y fronteras para unir sus fuerzas a las de los angoleños en una causa común: construir un futuro soberano, libre de la dominación extranjera”.
“Este acto heroico trascendió lo militar: fue un compromiso con la dignidad humana y con los ideales revolucionarios que compartimos”.
“Recordamos con orgullo a cada soldado, médico, técnico y cooperante que con sacrificio y entrega contribuyó al triunfo de Angola y a fortalecer los lazos de hermandad entre nuestros pueblos y naciones”.
La Operación Carlota -valoró- “es un testimonio vivo de la voluntad firme de Cuba de luchar por la justicia social, más allá de sus fronteras”. E hizo hincapié en que, “a medio siglo de aquel esfuerzo heroico, reafirmamos nuestro compromiso con la solidaridad internacional, la lucha contra toda forma de neocolonialismo, y el respeto a la soberanía de los pueblos”.
En esa gran epopeya que duró 15 años y siete meses, Cuba – destacó el General de División, Víctor Rojo Ramos- “se erigió como símbolo de solidaridad a toda prueba, lealtad a los principios, seriedad ante los compromisos contraídos, y dignidad sin claudicaciones frente a los enemigos de siempre”.
En otro momento de su intervención, el jefe de la Dirección Política de las FAR significó que “la victoria cubana en suelo africano, en palabras de Nelson Mandela, marcó el viraje para librar de una vez por todas al continente, y a Sudáfrica en específico, del azote del Apartheid”.
En el logro de esta gran colaboración desinteresada -dijo el combatiente- “más de 300 mil compatriotas montaron guardias o pelearon junto a los patriotas angolanos, de los cuales una cifra que rebasó los 2000 perdieron sus vidas nobles y generosas en cumplimiento del deber”.
A propósito de los desafíos actuales que vive la Isla, de fuerzas adversas como el bloqueo imperial o los golpes de la naturaleza, Víctor Rojo Ramos compartió la certeza -siempre defendida por los líderes de la Revolución cubana- de que la hidalguía de un pueblo valiente y unido llevará, con total seguridad, a nuevos triunfos.




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