
Díaz-Canel a los santiagueros: “Lo que les pido es que tengamos mucha unidad”
EL CRISTO.-El huracán Melissa se ensañó con este poblado de cubanos expansivos y resilientes. Pero, acostumbrados a todo desafío, valientes incluso ante los vendavales más crudos, los hijos de esta tierra ubicada en la zona capital de Santiago de Cuba, comenzaron a levantarse rápido.
Fue una realidad que pudo constatar, en la tarde de este jueves, el Presidente del Consejo de Defensa Nacional, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien visita por tercera vez la heroica provincia luego del paso del meteoro, y que esta vez lo hizo acompañado del miembro del Buró Político y Primer Ministro de la República de Cuba, Manuel Marrero Cruz; así como de varios ministros, viceministros, y de otras autoridades locales, y del país.
Es amplia la Casa de la Cultura “Fernando Boytel” en El Cristo. En algún momento del recorrido el Jefe de Estado reparó en ello. Y fue allí donde las autoridades del territorio dieron parte a la dirección del país sobre las principales afectaciones que provocó el huracán, así como sobre la vorágine que ha ido poniendo todo en su lugar: hubo derrumbes totales y parciales, y afectaciones en la energía; la limpieza ha estado entre las metas más importantes; se restablecieron las vías de acceso a la comunidad; han sido entregadas donaciones -unos 50 colchones, por ejemplo-; han recibido atención las personas más vulnerables; y se activó la Oficina de Trámites -allí donde los damnificados van buscando ayuda.
Durante la reunión en la Casa de la Cultura, el Jefe de Estado quiso saber acerca de cómo ha marchado el saneamiento en ese paisaje donde Melissa golpeó sobre todo con lluvias y mucho viento; quiso conocer si las personas han podido reincorporarse a sus centros de trabajo; y si, en sentido general, la vida ha ido tomando su curso.
“¿Se quedó alguien aislado?”, preguntó el Presidente de la República de Cuba. Y ese momento de la tarde fue también la oportunidad de saber que las instalaciones educacionales y de salud fueron restablecidas; y que se trabaja por recuperar las áreas de la agricultura.
La situación epidemiológica, el abasto de agua, la recuperación de inmuebles. Sobre tales temas se habló en el encuentro; y fue gratificante escuchar que las arbovirosis no se han ensañando con los niños, y que ningún adulto cayó en estado de gravedad.
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Una vez a cielo abierto, el Jefe de Estado dijo a los pobladores: “Estuvimos por la mañana en Guantánamo. Estamos haciendo la tercera visita para ver cómo marcha la recuperación en las provincias más afectadas; y ustedes saben que Santiago fue una provincia muy afectada, y aquí El Cristo fue muy afectado”.
Luego de presentar a los titulares y a otras autoridades que le acompañaban, el dignatario explicó: “Con todo este grupo de compañeros se evalúa, de conjunto con la provincia y con el municipio, y constantemente, cómo va la recuperación”.
Una valoración compartió el mandatario con la población de El Cristo: “Este fue uno de los lugares más afectados, y sin embargo ya hoy se ve con mucho nivel de recuperación, y eso significa que ustedes han trabajado duro”.
El Jefe de Estado elogió la manera en que “la población respetó las indicaciones” y luego ayudó en el saneamiento. “Ahora nos queda lo más duro y lo que lleva más largo tiempo: que es recuperar las viviendas afectadas”, recalcó el mandatario, quien añadió que “el país está haciendo esfuerzos por tener los recursos, ya están llegando recursos, ya se están recuperando viviendas, tenemos que recuperar infraestructuras”.
En otro momento de sus palabras al pueblo, Díaz-Canel Bermúdez expresó: “Yo lo que les pido es que tengamos mucha unidad y, entre todos, apoyar a las brigadas que están trabajando aquí”. El Presidente habló de “ayudarnos los unos a los otros en la recuperación de la vivienda”; y felicitó a los pobladores “por todo este nivel de recuperación”, aunque alertó sobre lo mucho que todavía queda por hacer.
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El siguiente punto en el itinerario fue un área de casas de cultivos, ubicada en las inmediaciones de Santiago de Cuba, y perteneciente a la Empresa de Frutas Selectas. Allí, queda por delante colocar los finos techos que fueron desperdigados por las rachas. Y siguió en la agenda la visita al poblado de El Caney, perteneciente al municipio capital de Santiago, donde la dirección del país se interesó por cómo funcionan hoy las cosas, cómo se vive cuando ya han pasado unas tres semanas desde que pasó el huracán.
Más de una pregunta hizo el mandatario en una comunidad a la cual distingue una rica historia dentro de la línea de la Revolución: ¿Aquí las cosas ya empezaron a funcionar?; ¿han estado llegando los recursos?; ¿y con el agua, cómo están haciendo?; ¿cómo están con las arbovirosis?; ¿están fumigando?
Sobre un tema que mucho preocupa a los pobladores -como el del abasto de agua-, el Presidente cubano habló sobre la importancia de que el propósito sea dejar al poblado mejor de lo que estaba antes del paso del huracán Melissa.
Muy cerca de la glorieta del pueblo que perdió su cúpula por la fuerza de los vientos, y al pie de la iglesia cuya cruz también dejaba ver las huellas de Melissa, el dignatario sostuvo un intercambio con los santiagueros, a quienes expresó que, una vez salvadas todas las vidas, lo que corresponde ahora es un “huracán de recuperación”, aunque -dijo- todas las soluciones no podrán llegar de golpe. Una vez más quedó en pie la certeza de que solo el trabajo, y la alianza de todas las fuerzas posibles, llevarán a sucesivos triunfos.
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Luego, en el corazón de la heroica Santiago, tuvo lugar un encuentro entre el Presidente del Consejo de Defensa Nacional y un grupo de jóvenes venezolanos que han llegado a la Isla para ayudar, y al frente del cual está Domiciano Graterol, Viceministro de Obras Públicas de la hermana República Bolivariana.
“Quería presentarle a usted, muy respetuosamente, un abrazo de Nicolás Maduro”, dijo el joven dirigente al mandatario, en el intercambio que también contó con la presencia de Manuel Marrero Cruz, y de ministros de distintas carteras en la Mayor de las Antillas.
Díaz-Canel comentó a los amigos que el Presidente Nicolás Maduro, desde las horas del anuncio del huracán Melissa, había hecha explícita su preocupación por la suerte de la Isla, y también su voluntad de ayudar.
“Ahorita son santiagueros”, dijo con cariño el Jefe de Estado a los jóvenes venezolanos que han llegado a la Mayor de las Antillas para brindar ayuda técnica y constructiva. Ellos, los hermanos, no tienen fecha de regreso. Así lo dijo con naturalidad y orgullo Domiciano Graterol, como prueba de que la amistad verdadera nunca mide las entregas.




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