Baraguá: un legado vivo

Hace 147 años en Mangos de Baraguá, Cuba decidió hacer concientes a los imperialistas de que «contra la Revolución, no nos entendemos». El 15 de marzo de 1878 el Mayor General Antonio Maceo dio un NO rotundo a la propuesta española del Pacto del Zanjón y puso al descubierto el espíritu patriótico de nuestro pueblo.

Martí señaló «Antonio Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo». Este histórico hecho demuestra esta premisa martiana.

El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en su discurso pronunciado en el acto de conmemoración del centenario de la Protesta de Baraguá, el 15 de marzo de 1978 proclamó que «Cuba será un eterno Baraguá», refiriéndose a la histórica negativa de Maceo de aceptar una paz sin independencia. Esto simbolizó el espíritu de lucha por la soberanía nacional.

Este hecho constituye un hito en la historia de nuestra patria. Fidel enfatizó que el legado de Maceo y su valentía son fundamentales para las generaciones presentes y futuras. Los cubanos llevan en la sangre la pasión y el espíritu indomable de sus antepasados y esto los impulsa a seguir adelante. Jamás renunciarán a sus principios, y defender su libertad y sus derechos está en su ADN, con una alta dosis de temeridad y amor por su tierra.

La importancia de mantenernos firmes a nuestros principios y no ceder ante presiones externas o internas que puedan comprometer la integridad y la justicia social que tanto hemos defendido, hacen que superemos esta actualidad en que se enfrentan desafíos económicos, políticos y sociales que se recrudecen con el bloqueo. 

La referencia a un «eterno Baraguá» en la Cuba de hoy también subraya la necesidad de la perseverancia y unidad en la búsqueda de soluciones a los problemas. La resiliencia es un llamado a la renovación constante del espíritu revolucionario para enfrentar los retos contemporáneos.

Cada día es una nueva oportunidad para demostrar la dignidad heredada de aquella protesta histórica. En cada acción, gesto de solidaridad, esfuerzo por mejorar nuestra comunidad, reafirmamos nuestro compromiso con los ideales de Baraguá. Ser cubano es nunca rendirse, es la certeza de que unidos podemos superar la adversidad.

La Revolución Cubana nos llama a ser mejores, a honrar el sacrificio de quienes nos precedieron y a construir un futuro lleno de esperanza. Con la frente en alto y el espíritu de Baraguá como guía, seguiremos luchando por lo alcanzado. Ser fiel al ejemplo inmortal del Titán de Bronce y a los defensores del postulado fidelista, debe constituir un compromiso para los jóvenes del presente y del futuro.