Primero de Mayo: una mirada histórica y de presente

El Día Internacional de los Trabajadores en Cuba se celebró por primera vez el Primero de Mayo de 1890, fecha acordada un año antes por el Congreso de la Segunda Internacional realizado en París.

Fue así que la Mayor de las Antillas, en plena dominación colonial española, figuró entre los primeros países del mundo en sumarse a dicha celebración.

En aquel primer desfile realizado en La Habana, tomaron parte unos 3 mil trabajadores, quienes partieron del entonces Campo de Marte, hoy Parque de la Fraternidad, hasta la intercepción de las calles Consulado y Virtudes, donde radicaba la sala de entrenamiento llamada Skating Ring.

En general, esa celebración internacional, a la par de conmemorar en determinados países o escenarios los avances y conquistas logrados por los el movimiento obrero, también es usual que sirva de contexto para manifestaciones por reivindicaciones laborales y sociales a favor de la clase obrera.

¿Cuál es su origen?

El origen de la celebración del Primero de Mayo se remonta a las reivindicaciones obreras que provocaron los trágicos eventos ocurridos en la ciudad estadounidense de Chicago, en mayo de 1886.

Las extenuantes jornadas laborales de entre 10 y 18 horas eran comunes en muchos países. En Estados Unidos, que en ese momento proyectaba la imagen de una nación democrática, se estaba gestando un movimiento para reducir la jornada laboral a ocho horas.

En 1868, el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó la Ley Ingersoll, que establecía una jornada de ocho horas para ciertos trabajadores, como los de obras públicas o los empleados de oficinas gubernamentales, pero no para los trabajadores de fábricas.

La ley fue rechazada por los empresarios y algunos estados introdujeron cláusulas que permitían extender la jornada laboral. El incumplimiento de la ley llevó a los trabajadores a las calles para protestar, como venían haciendo desde el siglo XVIII.

Es importante recordar cómo en el Manifiesto Inaugual de la Asociación Internacional de los Trabajadores, Marx había decretado en 1864 que "la ley de la jornada de diez horas no fue tan sólo un gran triunfo práctico, fue también el triunfo de un principio; por primera vez la Economía política de la burguesía había sido derrotada en pleno día por la Economía política de la clase obrera". Estos llamado transformaron la demanda de los trabajadores de todo el mundo en una plataforma global de reclamo por jornadas laborales justas.

Por ello, la creciente importancia del movimiento obrero se materializó el Primero de Mayo de 1886, cuando se convocaron 307 manifestaciones a las que se unieron 88 000 trabajadores en Chicago.

Las manifestaciones se sucedieron en los siguientes días, pero también los altercados. El 4 de mayo, la policía asesinó a 8 manifestantes después de que un explosivo acabara  con la vida de 7 miembros de las fuerzas de seguridad.

Fueron 8 personas las detenidas como responsables del suceso y 5 de ellas resultaron condenadas a muerte en medio de un arbitrario proceso judicial que los acusó de asesinato sin las pruebas necesarias. Las víctimas de este homicidio son conocidos como los Mártires de Chicago.

Tres años después, en 1889, la Segunda Internacional Socialista estableció el Primero de Mayo como el día en el que se conmemoraba la jornada de ocho horas y las demandas del movimiento obrero.

¿Cómo se celebra el Primero de Mayo en Cuba?

En Cuba el Día Internacional de los Trabajadores fue celebrado por primera vez el Primero de Mayo de 1890, respondiendo a la fecha acordada en el  Congreso de la II Internacional efectuado en París.

A pesar de que el movimiento obrero cubano era incipiente por entonces, aquella lucha tuvo eco cuando el Círculo de Trabajadores de La Habana organizó un desfile que culminó en un acto con más de 3 mil personas y cerca de una veintena de oradores.

Sin dudas, la celebración del Primero de Mayo en Cuba adquirió una connotación y singularidad diferentes a partir de 1959.

A pesar de la larga tradición conmemorativa del Día Internacional de los trabajadores en la Isla, que se remonta a finales del siglo XIX, no sería hasta la llegada al poder de una verdadera Revolución que los obreros cubanos saldrían por primera vez a las calles, no a exigir demandas de mejoras salariales y otros derechos y reivindicaciones, sino para manifestar su respaldo al gobierno revolucionario y a las transformaciones  sociales en curso.

A partir de ese momento, el Primero de Mayo se convertiría en una fiesta no solo para la clase obrera, sino para todo el pueblo cubano, algo también distintivo con relación al mundo. Es una fecha, además, para expresar nuestra solidaridad con las causas y luchas de otros pueblos, y denunciar la política agresiva del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba y otros países.

Hace 24 años, en otro memorable y masivo acto del Primero de Mayo en la Plaza de la Revolución, el Comandante en Jefe, Fidel Castro, una vez más,  dejaba trazada la ruta en su concepto de Revolución, concepto que hay que interpretar, pero sobre todas las cosas, incorporar a nuestra conducta diaria.

Un primero de Mayo en La Tribuna Antimperialista José Martí 

Este Primero de Mayo de 2024, la Mayor de las Antillas festejará la fecha inmersa en los esfuerzos por la recuperación económica del país, que constituye en la actualidad la tarea fundamental.

Según es habitual, el proletariado cubano, de conjunto con líderes sindicales de varios países, celebrará esta fecha, como desde hace años hace, en concentraciones en plazas, poblados y centros de trabajo como reflejo de la unidad del pueblo cubano ante la  situación que atraviesa el país, marcada por un férreo bloqueo que se ha recrudecido en los últimos años

La Revolución asume este complejo, inaplazable y decisivo reto como lo ha hecho siempre, con la convicción de contar con el apoyo de cada compatriota, y muy especialmente de los trabajadores, cuyo compromiso resulta decisivo para materializar los programas de desarrollo estratégico trazados.

Con el lema “Por Cuba Juntos Creamos”, la fiesta del proletariado mundial la celebraremos conscientes de que los desafíos son inmensos, pero a la vez convencidos y dispuestos a enfrentarlos con la misma firmeza de siempre, y con la invariable resolución de continuar avanzando en nuestros sueños de equidad y justicia social, seguros de que la victoria será nuestra.