El arte de precaver nunca sobra

Todo cuidado es poco si se trata de evitar pérdidas materiales y humanas. Sobre esa máxima que deja en claro el valor de prever reflexionó en la tarde de este jueves, desde el territorio ubicado al occidente del país, el miembro del Buró Político y Primer Ministro de la República de Cuba, Manuel Marrero Cruz.

En la Empresa Pesquera de Mayabeque –perteneciente al Surgidero de Batabanó, que ha sido golpeado por la depresión tropical Idalia-, el Jefe de Gobierno recibió una detallada información sobre el actual estado de un escenario inmerso en resolver problemas de ahora, y también otros acumulados en el tiempo y acrecentados por el paso de sucesivos eventos meteorológicos.

La comunidad conocida como Plataforma Uno, en el Surgidero, fue el siguiente punto en el itinerario del Primer Ministro. “Ha quedado bonito esto aquí”, dijo él en el lugar embellecido por adocretos sobre las calles, mientras observaba viviendas de mampostería, y también otras de madera; estas últimas, recién hechas.

Plataforma Sur fue el siguiente punto en la agenda. Allí Marrero Cruz recorrió varias viviendas, terminadas o casi terminadas; y entre constructores y futuros beneficiarios habló sobre la importancia de tener presente los detalles, el acabado de cada obra, y una calidad óptima que es posible alcanzar.

Luego el recorrido tuvo como destino la casa infantil donde son cuidados, en el municipio de Batabanó, los hijos de los trabajadores pertenecientes a la fábrica Signo, de muebles. El lugar, con capacidad para 25 pequeños, ha sido acondicionado con excelencia. Allí hasta las sillas hechas para los niños están marcadas por el confort y la belleza –como debe ser.

Cambios y metas en el Surgidero de Batabanó

Cuando en la mañana de este jueves los reporteros llegamos a la calle 64 del Surgidero de Batabanó, había allí un fuerte movimiento de mujeres y hombres enfrascados en mover el fango que históricamente se ensaña con los caminos y pasadizos siempre que un temporal golpea al pueblo con la subida de las aguas.

Hubo cambios notables en ese escenario de pescadores, donde viven más de 5 700 personas; pero las metas son de tal magnitud, y tan diversas, que siguen quedando en pie problemas por resolver, como el asfaltado de todas las calles, y la construcción de más de siete kilómetros de acera.

Margarita Píres, quien vive en el Surgidero hace ya casi 40 años, habló con los reporteros en nombre de quienes, desde las cinco de la madrugada de este jueves, luchaban por quitar la suciedad en la calle 64. En medio de sus preocupaciones, comentó que la buena noticia es que ya el vecindario tiene agua por redes y que la gente no tiene que poner motorcitos en la orilla de sus casas para poder tener el preciado líquido.

No lejos de Píres un grupo de trabajadores llegados desde otros municipios ayudaban en la limpieza. En el poblado había grandes camiones, hombres chapeando la hierba alta, y pescadores con sus botas para agua, caminando de un lugar al otro.

A decir verdad, aunque mucho falta por hacer, en el Surgidero ya no se aprecia aquel ambiente del año 2022, cuando el huracán Ian hizo estragos y la subida de las aguas se mezcló con que no había drenaje para los desechos de las casas, y con la angustia de que la gente salía directo de sus hogares al fango de la calle.

En septiembre del 2022 el Presidente Díaz-Canel recorrió el poblado e indicó agilizar los proyectos que habían sido definidos desde el 2018 –los cuales estaban destinados a construcción de viales y drenajes, abastecimiento de agua, así como restauración y levantamiento de viviendas. Hoy se despliegan esfuerzos para resolver esos problemas antiguos, y también los de nueva data.

Los golpes de Idalia

Esta vez, cuando volvió a inundarse la parte baja del Surgidero de Batabanó, la experiencia de las autoridades locales y de los pobladores logró una conjunción que enfrenta eficazmente los daños dejados por el paso del huracán Idalia.

Así lo explicó a los periodistas Manuel Aguiar Lama, Gobernador de la provincia de Mayabeque, quien además dijo que, en lo referente a la vivienda, no hubo derrumbes, no hubo afectaciones que se sumaran a las de momentos anteriores.

En el caso de la provincia –según detalló el Gobernador- “hubo inundaciones costeras en la playa Caimito y en la playa Mayabeque”. En el primer lugar “hubo inundaciones en viviendas y se logró evacuar oportunamente a todas las personas” que lo necesitaban. En cuanto a la agricultura, el sector sufrió afectaciones; y en lo referente al servicio eléctrico, hasta 50 mil clientes fueron afectados. Al respecto, el Gobernador informó que hoy ya están resueltos los daños producidos por el temporal.

Otros municipios –enfatizó el Gobernador de la provincia- confluyen hoy en el Surgidero para ayudar en la recuperación general, en la limpieza de las calles, en la pintura donde haga falta pintar, y en “tratar de dejar, como ha dicho el Presidente Díaz-Canel, que las cosas queden más bonitas que como estaban originalmente”.

Una de las metas que quedan en el horizonte y por la cual vale la pena esforzarse tiene que ver con la colocación de adocretos –idea de lo funcional y de lo bello en la cual ha insistido el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Hay un espacio en el Surgidero de Batabanó, en el cual esas piezas hechas de áridos han sido muy bien utilizadas: Plataforma Uno, donde las calles lucen bellas y limpias gracias al adocreto. Bien lo sabe María Antonia Hernández Aragón, vecina del lugar, quien vive contenta porque al salir de su casa lo ve todo despejado y en orden.

Fue ella quien nos hizo reflexionar con una expresión suya que alude al bienestar y a la profilaxis: ¿Qué hubiera pasado si con estas aguas –indagó-, en vez de adocretos, solo hubiera habido fango más allá de la puerta?