De La Demajagua al presente la Revolución cubana es una sola
El ingenio La Demajagua, hoy Monumento Nacional, ha acogido entre sus paredes momentos transcendentales en la historia de Cuba.
El 10 de octubre del 2018 cuando se cumplían 150 años del inicio de nuestras luchas independentistas, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en su discurso señaló:
“Aquí nació hace 150 años, la Revolución Cubana y aquí, un siglo después, Fidel marcó su carácter único, desde el 10 de octubre de 1868 hasta nuestros días”.
Sus palabras, un siglo y medio después, subrayaban la continuidad de nuestra historia y de nuestra Revolución.
Y es que el Alzamiento en La Demajagua no fue un acto simple protagonizado por Carlos Manuel de Céspedes aquel 10 de octubre de 1868 en su ingenio, liberar a sus esclavos y proclamar el inicio de nuestras gestas independentistas implicaba, en primer lugar, el haber comprendido a profundidad la difícil situación de la isla dominada por una metrópoli extranjera.
La gravedad del asunto le hizo desestimar su calidad de hacendado y sumarse al intento de lograr la independencia de Cuba. Redactó incluso un manifiesto en el que exponía claramente las razones por las que los cubanos tomaban las armas ante la explotación colonial vigente; España había declarado que gobernaba a Cuba con brazo de hierro ensangrentado.
Céspedes aspiraba a la emancipación gradual y bajo indemnización de la esclavitud, decidió ser ejemplo en asumir a los negros como hermanos sin distinciones raciales y les liberó aquel propio 10 de octubre.
El acto transformó desde entonces el pensamiento de muchos, en la manigua se unieron blancos y negros para liberar a la Patria. Aunque tardaron años para que la esclavitud fuese abolida en la práctica, no hay dudas de que Carlos Manuel de Céspedes dio el primer paso en pos de eliminar las crueldades a que eran sometidos estos, bajo justificaciones sustentadas en el color de la piel.
Fue en esa fecha del año 1868 cuando todo el pensamiento nacionalista acumulado entre los cubanos durante siglos y las ansias de libertad e igualdad, comenzaron a cristalizar.
Es así que resultan preclaras las palabras de José Martí: Los misterios más puros del alma se cumplieron aquella mañana de La Demajagua. Cuando los ricos desembarazándose de su fortuna salieron a pelear. Sin odio a nadie por el decoro. Cuando los dueños de hombres al ir naciendo el día dijeron a sus esclavos ya sois libres.
Cien años después, el 10 de octubre de 1968, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro reconocía que la Revolución cubana había sido una sola.
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