Asamblea Nacional aprueba la Ley del Procedimiento Administrativo y la Ley de Condecoraciones y Títulos Honoríficos

Como una Ley sin precedentes, resultado de un grupo de trabajo que laboró por casi tres años y que refuerza el ordenamiento jurídico y contribuye al estado de derecho y justicia social, catalogó Andry Matías a la Ley del Procedimiento Administrativo, aprobada hoy  durante la tercera jornada del actual período ordinario de sesiones de la X legislatura de la ANPP.

El jurista, que integró el equipo de redacción, también expresó que la idea es facilitar la gestión pública desde normas claras y precisas. “Ataja comportamientos incensarios dentro de la administración. Es una norma que fortalece la moralidad de nuestros funcionarios públicos”, acotó.

El proyecto, que al ser refrendado por la Asamblea Nacional se convirtió en Ley, es renovador y tiene como premisa la defensa absoluta de los derechos de los ciudadanos cubanos, sentenció el ministro de justicia Oscar Manuel Silvera Martínez, quien tuvo a cargo su presentación ante la Asamblea nacional.

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Silvera Martínez también comentó que es una normativa que recoge elementos trascendentales para el funcionamiento administrativo y concentra, en una sola norma, contenidos dspersos en otras disposiciones. 

Para el Presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos, José Luis Toledo Santander, quien presentó el dictamen, esta norma garantiza el orden interno de la nación y deviene en eficaz mecanismo contra la corrupción, a la vez que fortalece la gestión pública.

En la mañana de hoy la Asamblea Nacional también aprobó la Ley de Condecoraciones y Títulos Honoríficos. De igual forma fue presentada por el ministro de justicia y durante el debate los diputados resaltaron su importancia y simbolismo.  Para Orlando Gutiérrez esta Ley contribuye al fortalecimiento de la historia y aprovechó la ocasión para reconocer a todos los héroes cubanos que nos legaron esta Revolución.

José Amado Ricardo Guerra reconoció que esta ley posee una base robusta que es la ley anterior que requirió de una actualización y que mantiene el valor de las condecoraciones que ya se han entregado, aunque no estén recogidas en este nuevo sistema de reconocimientos.